Aquí os ofrecemos la segunda (y última) parte de la entre vista a Marcos Merino, director del documental Remine (que podéis ver aquí, y aquí y comprarlo aquí). Hablamos de cine, de compromiso, de sindicatos y de lucha, y acabamos con una tonada, ¿qué mas se puede pedir?
MS: Volviendo a la peli ¿Cuál
fue el papel de los políticos y de los sindicatos en este caso concreto? ¿Se reproduce
también la crisis de representación en el movimiento minero? ¿Fue casualidad
que no sacaras a Villa en ningún momento?
Bueno, en la película no me
interesaba demasiado contar los entramados sindicales, porque esa era una
película, fijaos que se grabó unos años antes de que estallara el caso Villa.
Obviamente están presentes en toda la película, pero no queríamos que se
convirtieran en el hilo conductor de la historia. Queríamos centrarnos en los
seres humanos, y los sindicatos dejarlos para el final de la película. Y con
Villa acertamos porque solo sale al final, con un codazo que le da una niña
cuando salen los mineros del pozo, y es un símbolo de un relevo generacional
que era obvio, ¿no? Sale Gerardo que ahora es un sindicalista con peso en SOMA
y Villa se queda como apartado, aislado. Luego saltó el escándalo de Villa, que
si hubiera saltado de aquella no podríamos haberlo obviado, de hecho en la
serie que estamos preparando se contará de otra manera.
Yo diría que hay una crisis de la
representatividad sindical, pero del sindicalismo. La tasa de afiliación
sindical entre los mineros debe de ser récord en el mundo con un 98% de los
trabajadores afiliados, y además hay una cultura de la que no se duda. A pesar
de ser escépticos, tienen muy claro que las cosas se consiguen con la lucha de
todos, entonces ellos critican, ponen en duda pero no rompen la unidad, jamás.
Eso es básico, porque eso nos afecta a todos, ese escepticismo sobre los
sindicatos no nos ayuda en la pelea del s. XXI. Se tienen que modernizar y
democratizar los sindicatos, hay un consenso sobre eso y tardará más o menos
pero eso tiene que ocurrir. Pero por otro lado son totalmente fundamentales,
mirad, hay un caso ahora en el que en una protesta de mineros en Zarréu se
detuvieron a cinco personas. Yo hablé con dos, uno era un minero y otro un
activista del 15M. El proceso judicial les ha costado hasta ahora 30.000 euros
a cada uno. En el caso del minero está tranquilo, piden 8 años de prisión de
forma totalmente injusta pero bueno. Al otro chaval el proceso le ha destrozado
la vida, ha perdido su pareja su vida…no podrá afrontar esos gastos. La
diferencia está en el sindicato el minero no asumió ninguno de los costes, al
contrario que el otro chico, que le han destrozado su vida. Creo que merece la
pena reflexionar sobre esto, claro que tienen que cambiar los sindicatos y el
proceso de financiación de los sindicatos, en este momento depende de los
presupuestos generales del estado desde la Transición porque inicialmente era
necesario para asegurar la presencia sindical pero no se creó un plan de
independencia sindical, que sería lo deseable, porque al final los sindicatos
se enfrentan con el estado continuamente y no puedes enfrentarte a quien está
administrando tu presupuesto. Y esto ha hecho también que los sindicatos
olvidaran la parte más importante que es la de captar filiación sindical. Y
este es el modelo que tenemos que cambiar. España tiene la tasa más baja de
afiliación sindical de Europa, con solo un 6% de los trabajadores afiliados.
Pero también hay una responsabilidad colectiva, porque todos los ponemos a caer
de un burro pero ni dios participa, ni dios se afilia. Y es cierto que puede
parecer que los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT son correas de transmisión
del gobierno, pero hay otros sindicatos que son verdaderos sindicatos de clase
combativos, como la CSI en Asturies, la CGT y otros muchos que no pertenecen a
“la casta”, pero se promueve una imagen interesada de los sindicatos que genera
desconfianza entre la gente, la gente desconfía de los sindicatos y es una
herramienta que es necesaria, las empresas no reparten beneficios, solo
reparten pérdidas, si no negociamos en bloque estamos perdidos.
MS: Parece necesario que este cambio venga de fuera de los aparatos de
los partidos y de los sindicatos, porque dentro hay un bloqueo absoluto, una
especie de dicotomía pro/contra sindicatos muy difícil de romper. Que haya una
voz que sin sostener esa crítica antisindicalismo global señale esas carencias,
y esa necesidad de renovación. También tiene que ver con eso, con que se dieron
por satisfechos con ciertas cotas de afiliación y de representación. Así que si
no se hace desde abajo ese cambio es muy difícil…la negociación colectiva es
fundamental, si estas solo estás perdido.
Si si, estás perdido, es lo que la
empresa quiere, dividir a los trabajadores. Es lo que os digo de los mineros,
si hacen huelga el 100% hace huelga, y activos en las protestas son un 30% el
otro 70% no va a los cortes de carreteras, no va a las marchas, pero mantienen
la unidad, porque saben que en el momento en que rompan esa unidad están
perdidos. Es un problema educacional, hay que reinventarlo todo, estamos en ese
proceso con todo con la política con la educación con el periodismo, con la
justicia, con el cine, con todo, estamos en ese proceso con todo, hay que
reinventarlo todo. Yo soy optimista por naturaleza, creo que llegaremos a una
cosa buena.
MS: De hecho hay un momento en la peli en la que hay tres trabajadores
que van a entrar a trabajar, y se encuentran con un piquete y los trabajadores
del piquete tienen un discurso muy elaborado, una conciencia de clase y de
lucha brutal, que no se ve en otros sectores. No sé si al final entraron a
trabajar o no pero…
No no, no entraron (risas).
MS: También nos muestras en la peli el papel que juegan las mujeres en
esa lucha de la cuenca minera por la supervivencia, que es un papel
fundamental, y que ha sido así siempre, ¿no? De hecho hay un documental sobre
las huelgas mineras de los 60 que se llama “Hay una lumbre en Asturias” en el
que se cuenta como las mujeres participaban activamente, incluso echando maíz
en las entradas de las minas para insultar a los esquiroles que entraban a
trabajar. Creo que esto refleja cómo es una lucha de todo el pueblo, no solo de
los trabajadores, ¿no?
Si si la película tenía que ser
así, mostrar que es una lucha colectiva, que la zona es muy permeable a todo
eso. Los niños ven como la policía persigue a sus padres o como están
encerrados bajo tierra, entonces es muy fácil ver de qué lado estás tú, estás
determinado. Y las mujeres siempre han sido muy importantes en la lucha minera,
han sido el respaldo de esa lucha, incluso les obligan a cortar carreteras, yo
conozco casos en los que no les dan de comer si no van a cortar carreteras
porque es su obligación cuando están en huelga, va en su cultura. En todos los
casos del movimiento obrero en España la mujer ha jugado un papel fundamental
al lado de los hombres, como es el caso de la Pasionaria, por ejemplo. Y ese es
otro paso atrás que se ha dado, el franquismo creó una imagen de la mujer
determinada, pero durante la segunda república se plantó una semilla que aún
perdura. Y en Asturies debido a la constante represión y genocidio que hubo se
mantuvo vivo el papel de la mujer en la lucha, y con un discurso muy potente.
En la serie que estamos haciendo ahora hicimos muchas entrevistas a gente de
las cuencas, que no tienen ni graduado escolar siquiera, pero que tienen un
discurso político brutal. Desde muy pequeños han mamado esto, es la cultura
obrera que queda en pocos sitios. Por eso queríamos hacer la película para que
dentro de 30 años la gente pueda ver esto y lo reconozca. Por suerte no
llegamos tarde, nos preocupaba, pero no llegamos tarde. Y siguen activas las
mujeres, desde que terminó la protesta ellos no han hecho nada, pero ellas
siguen reuniéndose y apoyando todos los colectivos que se mueven en Asturies, a
favor del aborto, trabajadores encerrados, ahí están ellas, siguen existiendo.
MS: Después de grabar esto, tu que eres optimista, ¿crees que de verdad
será el último movimiento obrero?
Obrero sí, porque no quedan
obreros, no queda industria… pero yo espero que no sea el último movimiento de
los trabajadores organizados. Eso tiene que reaparecer, que reinventarse. Pero
obrero sí, porque eso estaba basado en un tipo de producción que ya no existe.
Antes no existía competencia dentro de los puestos de trabajo, no existía el "yo
he puesto el tornillo mejor que tú", y ahora sí, ahora los trabajadores estamos
en constante competencia con nuestros compañeros. Y esto es algo a valorar,
tenemos que darnos cuenta de ese cambio de modelo productivo, pero el proceso
de precarización que estamos viviendo ahora, sobre todo con la gente joven
tenemos que ser capaces de darnos cuenta de que no existen grandes diferencias
con aquellos trabajadores de antes. Tal vez ahora los trabajadores no pasen
hambre como a principios del s. XX pero la brecha entre pobres y ricos es mayor
que nunca. Antes los ricos vivían como los burgueses de ahora, a lo mejor
tenían un palacete o mejor ropa, pero no es como ahora, que los ricos pueden
comprarse un billete a la luna, es salvaje esa diferencia.
MS: Durante aquellos días de 2012 en los que los mineros se levantaron,
¿hubo otros colectivos o trabajadores que los apoyaran? ¿Cómo se vivió esa
protesta en el resto de Asturies, fuera de las cuencas?
Si si, especialmente en las cuencas
es casi unánime, y el que es crítico no lo dice en público, no se atreve. Es
que Asturies es Albania en muchos aspectos! Por ejemplo durante la huelga hubo
tres entidades bancarias que ofrecían tipos reducidos a los mineros para
financiar la protesta, les daban créditos al 0,5% cuando el tipo estaba al 6%,
Liberbank Sabadell y la Caja Rural de Asturias, estaban financiando la huelga! Y
en el momento en el que estábamos entonces en el momento de mayor crisis. Es
una marcianada que unos bancos estén financiando la protesta. Y los comercios
de la zona también, la logística de la marcha negra fue gracias a los comercios
de la zona que hacían donaciones. Todos los días iban a hacerles la comida
gente desde Asturies, carnicerías, restaurantes, llevaban un camión con sus
planchas y les hacían la comida y volvían a Asturies cada día. El agua, las
bebidas todo se organizó con donaciones. Los encerrados desayunaban, comían y
cenaban de lo que les traía cada día un restaurante del pueblo, que les bajaba
la comida personalmente al pozo. E incluso en Uviéu, que probablemente sea la
ciudad más rica y acercada al capital, la ciudad más de derechas de Asturies,
incluso allí las señoras ricas sonríen cuando ven a los mineros y les aplauden.
Asturies es el carbón, sin el carbón sería otra cosa. Sería un sitio
despoblado, aislado del resto del estado, muy primitivo en muchos aspectos. Hay
un libro, La aldea perdida, que merece la pena leer, que habla de esto de la
llegada del carbón y la transformación que supuso, de como de un sitio muy poco
habitado se pobló con la llegada de la industria. Xixón era un pueblo que de
repente se transforma en la ciudad más poblada de Asturies con 300.000
habitantes. Sin carbón no seríamos nada, seríamos una cosa muy distinta de lo
que somos, está en nuestros genes.
MS: Últimamente hemos asistido al triunfo de varios documentales y
películas con temas que podríamos clasificar como “contrapoder”, recientemente
en Catalunya la presión social consiguió que 1 millón de espectadores se
sentaran frente al televisor a ver “Ciutat Morta”. ¿Asistimos quizás a un
resurgimiento del cine documental socialmente comprometido?
Esa es una asignatura pendiente que
tiene España, igual que otros países han acometido eso, el cine español nunca
se ha movido en esos terrenos. Y cuando se ha intentado, se apunta pero no se
dispara o no se llega a los no militantes. Yo aquí no soy tan optimista, es
otra lucha de clases que tenemos que llevar al cine. El cine en España está en
manos de la burguesía. Hay una frase de Godard que dice que no se hará cine social hasta
que no sea la clase trabajadora la que haga cine. Hasta ahora hacer cine era una
cosa muy cara, casi como ser piloto de fórmula 1, necesitabas un patrocinador.
Pero con el cine digital la cosa ha cambiado, y es ahí donde creo que puede
haber una transformación, pero falta educación cinematográfica y hay pocos
sitios donde adquirirla. Pero bueno hoy en día el que no hace películas es
porque le falta el talento, no porque no pueda, no es tan complicado. Ojalá,
pero yo creo que no hay un germen todavía del que vaya a salir un movimiento nuevo
de cine documental. Tiene que llegar ese momento, porque las condiciones lo
propician, pero todavía es pronto. También es verdad que en España tenemos un
problema, y es que somos poco demócratas, muy polarizados. A la hora de emprender
un proyecto como este hay que hacerlo desde la tolerancia, y abandonar los prejuicios,
quitarte las maletas e intentar entender a la gente y empatizar con la historia
que estás contando, intentar contarla sin tu visión, sin tus prejuicios sin tus
clichés. Entregarte tú a ella y no que la historia esté a tu servicio y para
eso hace falta una educación más democrática que la que tenemos, respetar al
espectador, entendiendo que es una persona a la que no hay que adoctrinar. O
somos adoctrinadores o somos naives y no provocamos nada. Todo está
relacionado, somos poco demócratas. Cambiará joder, ¡espero!
MS: ¿Crees que esa falta de
conciencia democrática viene solo de la dictadura o de la transición, o viene
de más atrás, se puede explicar por las oportunidades perdidas en los siglos
previos, en la ilustración, etc.? ¿Qué cosas tienen que moverse más allá de lo
inmediato?
Históricamente vamos con atraso,
desde la revolución francesa vamos con atraso. Pero el franquismo creo que sí
que supuso un gran agujero negro, porque coincide con la época de mayores
libertades en el resto de Europa y nosotros estábamos en la oscuridad. Esos 40
años supusieron un retraso en el momento de mayor evolución humana de la
historia, nunca 40 años supusieron tanta
transformación social, y nosotros estábamos en las cavernas, eso fue
determinante. Pero si, todo esto viene de más atrás del siglo XVIII y XIX, pero
en el s. XX hubo un atisbo, durante la II República España consiguió adquirir
derechos y libertades que nos convirtió en vanguardia internacional, lo que
pasa que duró muy poco, fue una declaración de intenciones, pero que dejó un
poso para el presente. Y sí que hay cine militante, en Catalunya sin ir más
lejos Joaquim Jordà. Pero no existe desde luego un cine político como existe en
Francia, desde luego, no tenemos esa tradición. También en España tenemos algo
que fue muy negativo para el cine documental, que es el NODO, tras la
transición los cineastas huyen de todo lo que suene a cine documental por el
parecido con el NODO. El nivel cultural, político y cinematográfico que me
encontré en Francia cuando fui a presentar la película es brutal, no tiene nada
que ver con el de aquí.
MS: Pero hay otros países, por
ejemplo Argentina, que han sufrido dictaduras, y sin embargo sí que han tenido
un cine documental social, y que a nosotros nos faltan, y quizás sí que el
franquismo fue capaz de matar eso.
Bueno durante los 80 sí que había
una prensa y un periodismo muy crítico, y gente que se la jugó mucho. Lo que
pasa es que somos un país muy ignorante, somos un país en el que se está
emitiendo cine doblado! Y la mayoría de la gente no se plantea de donde viene
eso, y probablemente de que no sabíamos leer y escribir y el franquismo
aprovechó eso porque era una manera de censurar las películas, pero el hecho de
que veamos cine doblado demuestra que somos unos ignorantes. Y ahí radica el
problema, que arrastramos un problema educativo desde hace mucho tiempo.
Argentina tuvo un sistema educativo que funcionó un tiempo y generó espíritus
críticos. Aquí los espíritus críticos son autodidactas, y el franquismo acabó
con una generación que probablemente fuera la mejor que tuvimos. La educación
tiene que cambiarlo todo.
MS: Haz de adivino, ¿Cuál crees que es la dirección que tomará Asturies,
el estado español y Europa en los próximos 5-10 años?
Siempre avanzamos, si no es a
ostias es de otra forma pero avanzamos. Es cierto que hay una necesidad de
cambio, pero yo creo que no estamos lo suficientemente civilizados para
entendernos los unos a los otros, no estamos preparados para generar ese
cambio, e históricamente hemos aprendido que es muy difícil que el poder ceda
si no tiene miedo, y eso lo aprendí con los mineros. Nunca creí en la violencia
pero te das cuenta que cuando alguien utiliza ese método de protesta el que
está enfrente le respeta. Somos animales en ese sentido, y el poder solo cede
cuando tiene miedo, no cuando los demás tienen problemas o necesidades. Me
encantaría que dentro de 5 años descubramos que por primera vez en la historia
hemos sido capaces de generar un cambio bueno para todos sin darnos de ostias
entre nosotros. Y la situación de Europa no ayuda, es un continente envejecido
y conservador, que no ayuda al cambio. El cambio va a ocurrir, porque lo pide
el 99% de la población, no sé cuándo ni cómo, pero la situación de ahora es
insostenible. 5 años es poco tiempo para los hombres desde luego.
MS: ¿Cuáles son tus proyectos de
futuro?
Estamos haciendo una serie de tres
capítulos para la TPA sobre la película, sobre lo que pasó en 2012, pero con
más presencia de los sindicatos. Más transformado al punto local, con ReMine
teníamos la intención de hacer una película más universal que llegará a más
trabajadores, y ahora nos centraremos más en lo local, tenemos que contar una
historia que el público asturiano demanda, más alejado de la épica y más
cercano a la catarsis, del fango. La otra es una reivindicación histórica. La
serie no lleva música, no lleva archivo, lleva entrevistas con los mineros.
Salen los sindicatos, sale Villa y bastante retratado… bueno es diferente, será
una crónica de ese verano. Aquí la TPA tiene muchos defectos pero está
programando muchos proyectos que serían impensables en otros canales, tiene
cosas muy cuidadas, increíbles. La TPA es otra cosa si… la aldea perdida!
MS: ¿Cuáles son tus Mares del Sur?
¿Qué escuchabas mientras montabas ReMine? ¿Qué lectura nos recomiendas?
Muchas cosas, pero la tonada, me
quedo con la tonada. Es un registro universal, es muy puro, se asemeja al cante
jondo, a la jota, en Francia y en Italia hay cosas parecidas… es un lugar
común. Es una canción que pertenece a Asturies, a las cuencas, que habla de la
minería, pertenece a ese universo.
Muchas gracias Marcos!